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Sin lugar a dudas los caminos de Dios son misteriosos, y sus tiempos son perfectos.

Lo que empezó como un simple testimonio se ha vuelto hoy en día algo más que importante en la vida de varios de nosotros.

Algunos de ustedes sabrán la manera en que todo esto ha surgido y lo poco o mucho que hemos empezado a hacer por tratar de ser parte de este grupo de gente dispuesta a construir el Reino de Dios.

El proceso que hemos vivido es algo que nadie de nosotros hubiera imaginado, pero sin duda estamos avanzado con la ayuda del Espíritu de Dios, que nos empuja cada día a seguir en esta aventura, que para ser sincero, el vivirla sin saber realmente como hacerlo, podría definirse como una "locura".

A lo largo del año hemos tenido la oportunidad de experimentar de manera más profunda el sentido del movimiento entre nosotros, y a la vez llevarlo a los demás.

Las principales actividades que hemos tenido en estos 8 meses han sido la realización de dos misiones en una Comunidad cercana al lugar en donde vivimos.

Es una comunidad relativamente cómoda en cuanto a servicios con los que cuenta (Tomando como referencia comunidades anteriores en las que habíamos participado).

La primer experiencia en este lugar, la tuvimos en Semana Santa, viviendo los días y las celebraciones con la gente. Compartiendo por primera vez la participación como tal del grupo de Adsis Joven México.

La participación de la gente fue buena, teniendo la oportunidad de convivir con otros grupos de misioneros que estaban trabajando en comunidades cercanas a la que estábamos.

 Sin embargo los días terminaron y nos quedamos con las ganas de hacer más y de tener mayor participación por parte de la gente, principalmente de los jóvenes.

Fue por esto que tuvimos la intención de regresar, teniendo la oportunidad de hacerlo en el mes de Julio los días 23, 24, 25 y 26, en un encuentro propiamente con jóvenes de la comunidad, contando con la presencia y apoyo de Zoraida que nuevamente vino a nuestro país.

Antes de partir a la misión, tuvimos un retiro de dos días, en el que participamos parte del grupo de Adsis Joven, en el que pudimos compartir de manera más profunda nuestros intereses, inquietudes y sobre todo nuestra fe, logrando generar más cercanía y empatía entre nosotros que nos llevaría a transmitirlo con los jóvenes en la misión.

Ya en las misiones trabajamos junto con los jóvenes de la comunidad, transmitiendo de igual manera nuestra forma de vivir y transmitir nuestra fe, dinámicas más profundas y momentos de oración, en los que sin duda nos hizo sentir la presencia de Dios entre nosotros.

Desde mi punto de vista, en tiempos actuales, donde la gente ha cambiado, y la manera de ver las cosas de Dios son distintas, es necesario un cambio, y que mejor que hacerlo que con una propuesta como la de Adsis: una propuesta alegre, solidaria, amorosa y acogedora en la que prácticamente cualquier persona, y sobre todo cualquier joven se puede identificar.

Si algo me ha quedado claro que está más que presente en el movimiento, es el tema de la comunicación. El compartir a los demás nuestra vida, y abrir nuestros corazones, sin duda que es algo confortante, y es algo esencial para seguir en nuestro camino de ir descubriendo cada vez más profundamente a ese Dios bueno, que está también dispuesto a escucharnos.

Mi familia ha tenido la oportunidad de convivir directamente en dos comunidades. Mi hermana Mariangel en el Alto, Bolivia, y mis papás junto con Luz María mi otra hermana en Portoviejo, Ecuador, y a través de sus testimonios, sobre la manera de vivir de la comunidad, así como de los asociados y todos los involucrados en el movimiento, personalmente puedo tener la certeza que Adsis es justo lo que buscaba y con lo que me siento totalmente identificado.

Estamos ante el reto de hacer un "Adsis a la mexicana", justo como los mexicanos somos: Un Adsis amoroso, alegre, compartido, fraterno y solidario. México atraviesa por momentos difíciles, en los que se han atravesado distintos conflictos y llevado a una crisis de valores, fraternidad y amor. Pero sin duda de a poco se va generando un ambiente nuevo, un ambiente de ganas de cambiar y lograr el país que todos queremos.

Toda pequeña acción genera grandes cambios, y sin duda con la gracia de Dios y el apoyo de los hermanos, así como su oración esta aventura favorecerá el cambio esperado.

Un fuerte abrazo a la distancia.

Javi González Morales