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Moderador general de Adsis, institución que cumple 50 años "estando presentes"

Obispos, sacerdotes, religiosos, laicos, matrimonios... Adsis integra los diferentes estados de vida

Jesús Bastante, 14 de diciembre de 2014 a las 10:22

 La vida en Adsis se encuentra en casas apropiadas para acoger esta diversidad, con espacios diferenciados, con lugares de encuentros de todos: la familia tiene su propio espacio y también los demás su lugar para poder vivir su vida con normalidad

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Fermín Marrodán

 
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Fermín Marrodán es el moderador general de Adsis, comunidad en la que lleva 41 años. Adsis cumple ahora medio siglo de existencia como "una forma de vivir la fe, de estar presente", nos cuenta.

¿Cómo se entra en contacto con una comunidad como Adsis?
Pues se entra en contacto a través de miembros de la comunidad que estamos en diferentes lugares, en diferentes países a través de las relaciones personales, viniendo a nuestra casa... También desde la web.

¿Qué es Adsis? 
Adsis es un carisma dentro de la Iglesia: es una forma de vivir la fe la vida cristiana que consiste en que la palabra que la caracteriza es "esté presente". Es como un imperativo, un envío de parte de Dios de su Espíritu a hombres y mujeres de hoy que quieren servir a su cercanía, a su solidaridad, a su entrega. Entonces, es una forma de vivir la fe desde la cercanía, entre la gente, desde la solidaridad, desde el testimonio y desde el anuncio de la fe

¿Quién formáis parte de Adsis? Porque no es una congregación religiosa, no sois un grupo de laicos, es una especie de fraternidad. Cuéntanos un poco quiénes forman parte y cómo se vive el día a día.
Adsis se va formando a lo largo de su historia con esa pluralidad de vida, esa manera más diversa de entenderse, precisamente motivado por la presencia y el deseo de anunciar a Jesús en este mundo, en la realidad y metidos en ella. Y esto es lo característico de Adsis: estar donde está la gente, donde vive la gente. Ese deseo de estar donde está la gente, de compartir su vida, es lo que hace que Adsis vaya siendo una realidad plural y que acoja dentro de su seno, hombres, mujeres, sacerdotes, matrimonios, célibes... Se va incorporando esa diversidad en la forma de ser Adsis y una de las características es la vida en común, el hecho de vivir en común esta diversidad, se va aceptando, asumiendo y es una realidad que nos hace vivir con mucha riqueza y tratando de armonizar las diferentes necesidades, tratando de complementar los diferentes carismas.

La vida en Adsis se encuentra en casas apropiadas para acoger esta diversidad, con espacios diferenciados, con lugares de encuentros de todos: la familia tiene su propio espacio y también los demás su lugar para poder vivir su vida con normalidad. Tenemos una capilla donde nos reunimos todos los días para rezar o para celebrar eucaristía, tenemos un lugar de encuentro para estar juntos y sobre todo, también lugares para acoger a otros en nuestra casa, porque nuestra casa quiere ser abierta.

Precisamente por esa palabra que significa Adsis, "estar ahí" al encuentro de todos. Hay luchas de poder, entiéndaseme, hay sacerdotes, familias. En la Iglesia, no sé si afortunadamente o desafortunadamente hay una jerarquía, que en Adsis tal vez está más difusa. ¿Cómo se ve esa pulsión, ya que en las comunidades que haya un sacerdote querrá llevar la voz cantante...? 
Yo diría que en nuestro caso lo que viene de fábrica es la experiencia fraterna, todos hemos nacido en la experiencia de la fraternidad, donde las bases son las relaciones de igualdad, donde lo característico es esto, ser hermano o hermana, y todos hemos nacido desde ahí y no desde la búsqueda de privilegios o afán de sobresalir sino desde este regalo que significa vivir en una fraternidad donde somos distintos, tenemos funciones diferentes pero donde el signo de amarnos y querernos como somos es lo más propio y es lo que buscamos. Evidentemente, como somos humanos, pues nos sale a todos nuestro genio y figura y a veces uno quiere sobresalir, quiere destacar, pero para nosotros es clave esta capacidad de caminar juntos, donde la base es la comunicación de nuestra vida con todo lo que tiene, con transparencia, con sencillez, y donde compartimos nuestro caminar, nuestra fe, el seguimiento a Jesús, nuestras dudas, nuestras alegrías, nuestros dolores, y eso hace que desde esa transparencia y comunicación también salgan nuestras tentaciones.

Cumplís 50 años. Cuéntame un poco cómo ha sido el recorrido de Adsis
El recorrido de Adsis ya son muchos años y ha habido una evolución evidente en estos 50 años. Los primeros años es un tiempo donde se va configurando el carisma, donde este estar cerca y presente en los jóvenes y los pobres también, va configurándose a través de actividades. No solo compromisos puntuales, sino que surge una vocación comunitaria donde se van integrando los diferentes estados de vida que hay.Y que incorpora la vida en común como uno de sus grandes signos. Esto es 1973.

¿Con dificultades o sin dificultades? Me refiero a las dificultades a la hora de conseguir que eso sea aceptado.
Fue un carisma nuevo dentro de la Iglesia por que integra los diferentes estados de vida: no ha sido fácil desde el principio, siempre ha significado un diálogo y una cierta sospecha por parte de algunos que no entendían o les costaba aceptar cómo podíamos vivir con esta pluralidad. Por lo tanto, en este sentido hemos tenido que hacer camino a través del diálogo, hemos tenido que hacer experiencia y sobre todo ha sido eso la fidelidad, el madurar progresivamente, la transparencia también, la invitación a mucha gente, incluso obispos, a que vinieran a conocernos de cerca.

¿Hay obispos de Adsis?
Sí, hay un obispo, Julio Parrilla, que está en Ecuador, en Río Bamba. En este momento es obispo de allí, antes había sido obispo de Loja: es un servicio a la Iglesia que ha ofrecido el carisma y estamos todos muy contentos por ello.

Vuestro fundador José Luis Pérez sigue entre vosotros. ¿Cómo vive la criatura, que al final es un poco suya, y la evolución de este carisma?
En este momento que celebramos los 50 años para él es un momento muy significativo y muy de dar gracias, que es lo que hemos hecho en este año. Para él y en él todos nos sentimos muy agradecidos por un don que él siente que ha venido del espíritu. Entonces él vive en un momento de mucho agradecimiento por esta historia en la que él ha sido un testigo principal y el impulsor. Pero lo vive con mucha sencillez y humildad.

Es de los pocos fundadores que no es muy conocido mediáticamente hablando.
Sí, porque él tampoco ha tenido entrevistas y ha manifestado muchas veces que no le gusta buscar esa preponderancia o relevancia, que él lo que quiere es servir y entregarse allí donde está. Desde hace 13 años él dejó de ser moderador y pasó a ser un hermano más dentro de una de las comunidades: tiene ahora 80 años y se sitúa ahí muy bien. Yo soy moderador, comparto con él, vivimos juntos y la verdad es que es una alegría y un gozo poder compartir con alguien que tiene tanta historia y tanta vida. Es un poco consejero para mí, sobre todo lo que dice, lo que transmite, sobre todo con la vida y con su forma de creer y transmitir su fe y su vocación. No solo a mí sino a todos los hermanos a los cuales nos sigue mostrando mucha vida y espíritu...

Esta salida al encuentro de Adsis encaja perfectamente con el nuevo pontificado, no digo que antes no encajara, pero Francisco explícitamente síi es de la voluntad de salir al encuentro, a las periferias, es más de acudir que de esperar. ¿Cómo os encontráis respecto a estas novedades que trae Francisco a esta primavera, como le decimos nosotros?
Estamos gratamente sorprendidos, muy contentos, lo solemos compartir muchas veces. El pontificado de Francisco está siendo una verdadera revolución dentro de la Iglesia, una alegría profunda, porque conecta con nuestro deseo de vivir la vida cristiana, de estar presentes, de salir, de vivir abiertos. Para nosotros es como una especie de luz y de estímulo a la novedad, nosotros tenemos un lema con el que comenzó nuestra asamblea última que dice: "Mirar que hago algo nuevo, no lo notáis", es un pasaje de Isaías. Pues esa novedad, ese algo nuevo, lo vemos reflejado en el Papa Francisco y sobre todo en su manera de vivir una fe testimonial y que conecta tan bien con la gente y con sus preocupaciones, luchas y esperanzas. Y que sabe transmitir el Evangelio desde ahí, pero sobre todo, yo percibo en él esa capacidad como para romper inercias, esquemas y para invitarnos a todos a vivir una fe de una manera más cercana, aprendiendo de la gente y de esa presencia de Dios que está en todos.

Sí, porque yendo con todo sabido de antemano la posibilidad de relacionarse realmente con el otro desaparece, porque si no aceptas que el otro tiene algo que aportarte esa relación no se dará...
Así es, para nosotros en ese sentido es ver reflejado en el servidor de la Iglesia Universal ese espíritu del Evangelio que nos invita permanentemente a aprender de lo sencillo, de lo pequeño, de los pobres, de los jóvenes.

¿Cuántos sois en el mundo?
En el mundo seremos unos 300 más o menos, tenemos dos formas de pertenencia; los hermanos que vivimos en común (algunos otros no viven en común pero forman parte de la vida comunitaria en la que se comparte todo) y luego los asociados, que se vinculan a la comunidad, comparten el carisma, están comprometidos con nosotros en el mismo nivel pero no comparten algunas cosas, como los bienes y la globalidad de su vida.

¿De cara al futuro cómo os veis? Cuál crees que va a ser vuestro camino.
Al futuro siempre estamos dándole vueltas, tratando de ser fieles a nuestro carisma y de ver cómo podemos ir renovándolo y hacer de él una experiencia fresca hoy. Lo vemos al lado de los jóvenes y los pobres, que son nuestros destinatarios, que son los que no dan sentido, y en una permanente búsqueda del encuentro con ellos. Eso nos desafía a movernos en cada lugar y cada país en el que estamos y en otros países y lugares a los que estamos asomándonos y tratando de acoger esa realidad que nos golpea, que nos llama. Estamos en seis países en Latinoamérica, estamos en Rumanía, Italia y España que es donde más estamos, pero en estos momentos nos estamos asomando un poquito más a África, ya desde hace tiempo y gracias a nuestros proyectos de aquí, donde acogemos y estamos en relación con muchos africanos que han venido para acá, y en los proyectos intentamos responder a sus necesidades. Ellos de alguna manera nos reclaman acercarnos un poco más a su origen, a su realidad y tratar de ver qué podemos hacer allá. Queremos dar pasos concretos para responder a esa realidad yendo a ella.

Adsis cumple medio siglo de vida, con un futuro y un presente interesante y con esperanza y alegría.
Sí,i sobre todo por eso, porque nosotros creemos en Dios, en su espíritu y que sigue actuando hoy en nuestro mundo y nuestra Historia y generando tantas cosas nuevas sobre todo entre los pequeños.

 

Noticia original: Portada en Religión Digital