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Entonces dejó a la gente y se fue a la casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron:
-Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Jesús les dijo:
-El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; y la cizaña, los hijos del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la siega es el fin del mundo; y los segadores, los ángeles. Así como se recoge la cizaña y se hace una hoguera con ella, así también sucederá en el fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su reino a todos los que fueron causa de tropiezo y a los malvados, y los echarán al horno de fuego. Allí llorarán y les rechinarán los dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.

Fecha: 
Martes, Agosto 1, 2017
Cita de la oración: 
Martes - 17 Tiempo ordinario
Comentario: 

Junto a la parábola de la mostaza y de la levadura, la parábola de la cizaña nos invita a la fidelidad en lo diario. No estamos condenados a tener éxito inmediato. Estamos llamados a vivir en fidelidad desde la Palabra, sabiendo que la última palabra sobre nuestras vidas y sobre este mundo la tiene Dios y es una palabra de Vida, de justicia, de fraternidad y será para siempre. El camino para ello, es la constancia, la fidelidad, el saber de qué parte estamos y con quién nos jugamos la vida. Obedientes a su Palabra y viviendo la vida a la manera de Dios hemos de dejar en cada momento a Dios ser Dios.