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Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; no como el asalariado que ni es verdadero pastor ni propietario de las ovejas. Este, cuando ve venir al lobo, las abandona y huye. Y el lobo hace presa en ellas y las dispersa. El asalariado se porta así, porque trabaja únicamente por la paga y no tiene interés por las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, lo mismo que mi Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él; y yo doy mi vida por las ovejas. Pero tengo otras ovejas que no están en este redil; también a éstas tengo que atraerlas, para que escuchen mi voz. Entonces se formará un rebaño único, bajo la guía de un solo pastor.
El Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie tiene poder para quitármela; soy yo quien la doy por mi propia voluntad. Yo tengo poder para darla y para recuperarla de nuevo. Esta es la misión que debo cumplir por encargo de mi Padre.

Fecha: 
Domingo, Abril 22, 2018
Cita de la oración: 
Domingo - 04 Pascua
Comentario: 

Jesús  se presenta así mismo como el Buen Pastor.

Cada uno de nosotros somos llamados a su seguimiento con la confianza de que Él nos lleva a una vida nueva.

La fidelidad y el cuidado con que el Pastor se relaciona con sus ovejas vienen descritos por Jesús: el conocimiento y la entrega mutua.

El conocimiento que el Pastor tiene de sus ovejas y éstas del Pastor no es un conocimiento meramente intelectual, sino una experiencia de pertenencia amorosa y de confianza plena que nos lleva a estar atentos a su voz y seguirle por sus caminos.

La entrega mutua supone dar la vida por las ovejas y poner éstas su destino en manos del Pastor.

Jesús tiene nostalgia y amor especial por quienes están lejos de su conocimiento y amor. También a ésas las tengo que conducir.