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Al ver lo que Jesús había hecho, muchos de los judíos, que habían ido a visitar a María, creyeron en él. Otros, en cambio, fueron a contar a los fariseos lo que había hecho. Entonces, los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron una reunión del sanedrín. Se decían:
-¿Qué hacemos? Este hombre está realizando muchos signos. Si dejamos que siga actuando así, toda la gente creerá en él. Entonces las autoridades romanas tendrán que intervenir y destruirán nuestro templo y nuestra nación.
Uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo:
-Estáis completamente equivocados. ¿No os dais cuenta de que es preferible que muera un solo hombre por el pueblo, a que toda la nación sea destruida?
Caifás no hizo esta propuesta por su cuenta, sino que, como desempeñaba el oficio de sumo sacerdote aquel año, anunció bajo la inspiración de Dios que Jesús iba a morir por toda la nación; y no solamente por la nación judía, sino para conseguir la unión de todos los hijos de Dios que estaban dispersos.
A partir de este momento tomaron la decisión de dar muerte a Jesús. Por eso, Jesús dejó de andar públicamente entre los judíos; se marchó de la región de Judea y se fue a un pueblo, llamado Efraín, muy cerca del desierto. Y se quedó allí con sus discípulos.
Estaba muy próxima la fiesta judía de la pascua. Ya antes de la fiesta, mucha gente de las distintas regiones del país subía a Jerusalén para asistir a los ritos de purificación. Estas gentes buscaban a Jesús y, al encontrarse en el templo, se decían unos a otros:
-¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?
Los jefes de los sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes terminantes de que, si alguien sabía dónde se encontraba Jesús, les informasen para que ellos pudieran detenerlo.

Fecha: 
Sábado, Abril 8, 2017
Cita de la oración: 
Sábado - 05 Cuaresma
Comentario: 

La resurrección de Lázaro colma la tensión entre los seguidores de Jesús y sus enemigos. La casa de María se ha convertido en lugar de comunión y de fe.

Las obras de Jesús ponen en peligro el sistema religioso y político establecido. El sanedrín establece su condena a muerte por interés partidista, pero Dios tiene su plan establecido. Ha llegado la hora de que Jesús sea entregado para la salvación de todos, “para reunir a los hijos de Dios dispersos”.

La casa de María es ámbito de vida nueva. Efraín, lugar del encuentro íntimo con Jesús, nos libera de la dispersión y del desconcierto. La comunidad entra ya en la pascua para renovarse en la sangre y en el Espíritu. La palabra y los signos de Jesús nos reúnen como hijos y hermanos para ser los testigos de su gloria. La comunidad es sacramento de la nueva pascua. Lavados nuestros pies y alimentados por su pan, nos comprometemos a perseverar en su palabra y en su amor.

Volvamos nuestro corazón y nuestros ojos al Señor exaltado. Cifremos en sus llagas benditas el trofeo de nuestra identidad. Renazcamos de su corazón traspasado. Dejémonos trasportar por su presencia resucitada. Ha llegado la hora del amor extremo.