Loading...

Pero no te ruego solamente por ellos, sino también por todos los que creerán en mí por medio de su palabra.
Te pido que todos sean uno. Padre, lo mismo que tú estás en mí y yo en ti, que también ellos estén unidos a nosotros; de este modo, el mundo podrá creer que tú me has enviado. Yo les he dado a ellos la gloria que tú me diste a mí, de tal manera que puedan ser uno, como lo somos nosotros. Yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a la unión perfecta, y el mundo pueda reconocer así que tú me has enviado, y que los amas a ellos como me amas a mí. Padre, yo deseo que todos estos que tú me has dado puedan estar conmigo donde esté yo, para que contemplen la gloria que me has dado, porque tú me amaste antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo, en cambio, te conozco y todos éstos han llegado a reconocer que tú me has enviado. Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándote a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también en ellos, y yo mismo esté en ellos.

Fecha: 
Jueves, Junio 1, 2017
Cita de la oración: 
Jueves - 07 Pascua
Comentario: 

La unidad que Jesús pide a su Padre es una fuerza de comunión que tiene un dinamismo creciente a lo largo de la historia. «No pido sólo por ellos, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos...».

Este dinamismo de comunión ha llegado a nosotros a lo largo de los siglos por la acción del Espíritu y por la fidelidad y el testimonio de quienes empeñaron su vida en la causa de Jesús. Los dones del Espíritu alimentan siempre de forma plural y convergente el dinamismo de la comunión. La historia de Adsis es para nosotros don y tarea de este dinamismo.

La finalidad de la comunión cristiana es el testimonio: «...para que el mundo crea que tú me has enviado». Comunión y misión, fraternidad y testimonio, son dimensiones del mismo movimiento del Espíritu.

Para que la misión sea realizada con audacia hemos de fortalecer la experiencia de comunión en Jesús: estar con Él, contemplar su gloria, crecer en su conocimiento y en el amor que Él nos profesa, permaneciendo en nosotros.

¡Señor, vinculados a tu oración, percibimos un corazón nuevo!