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El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena se presentó en el sepulcro. Cuando vio que había sido rodada la piedra que tapaba la entrada, se volvió corriendo a la ciudad para contárselo a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús tanto quería. Les dijo:
–Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto.
Pedro y el otro discípulo se fueron rápidamente al sepulcro. Salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo adelantó a Pedro y llegó antes que él. Al asomarse al interior vio que las vendas de lino estaban allí; pero no entró. Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro, y comprobó que las vendas de lino estaban allí. Estaba también el paño que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó. (Y es que hasta entonces, los discípulos no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos).

Fecha: 
Domingo, Abril 1, 2018
Cita de la oración: 
Domingo - 01 Resurrección Pascua
Comentario: 

María Magdalena comunica a la comunidad su experiencia de desconcierto ante la piedra removida del sepulcro de Jesús.

Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto. Este desconcierto lo experimentamos nosotros cuando, en la oscuridad del alma, no encontramos a Dios donde le habíamos embalsamado y enterrado. Es la pérdida de la fe que tantos experimentan ante la cultura de una sociedad laicista y descreída.

Pedro y Juan corren al sepulcro uno tras otro. Solamente encuentran las vendas en el suelo y el sudario envuelto aparte.

Pedro, asombrado, solo vio las vendas, retornando a casa (Lc 24, 12). Pero el amor de Juan intuye la viva presencia del amado en los signos desconcertantes: Vio y creyó. Los despojos le evocaron la Palabra que había predicho la resurrección del Señor.

Es importante advertir que el significado actual de la Palabra es estimulado en nosotros en referencia a los acontecimientos que vivimos, especialmente si afectan a los desheredados, despojos de la sociedad. Sólo entonces podremos recuperar la comunidad, volviendo a casa.