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Al llegar la noche, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y comenzaron a cruzarlo en dirección a Cafarnaún. Era completamente de noche, y Jesús todavía no había regresado. En esto se levantó un fuerte viento que alborotó el lago. Ellos, cuando ya habían recorrido unos cinco o seis kilómetros, vieron a Jesús que se acercaba a la barca andando sobre el agua y se llenaron de miedo. El les dijo "¡Soy yo, no tengáis miedo!". Entonces quisieron recibirle en la barca, y en un momento llegaron a la orilla a donde iban.

Fecha: 
Sábado, Abril 14, 2018
Cita de la oración: 
Sábado - 02 Pascua
Comentario: 

Después de la multiplicación de los panes, Jesús huyó a la montaña solo, para evitar el entusiasmo de la gente que quería proclamarlo jefe y señor. Los discípulos, al oscurecer, atraviesan el lago de vuelta a Cafarnaúm.

Muchas veces, después de tiempos de experiencias gozosas, atravesamos tiempos de oscuridad en los que las tinieblas, el viento fuerte y el mar encrespado nos hacen zozobrar.

Son tiempos en los que parece que hemos perdido al Señor. Sin embargo, debemos seguir remando fuerte porque el Señor llegará caminando sobre el lago de nuestra historia, acercándose a nuestra barca para confirmarnos con su presencia.

En toda circunstancia hemos de mantenernos siempre unidos en la barca de la comunidad, sin asustarnos. El Señor nos confirma: «Soy yo, no temáis». Él nos presidirá siempre en la comunión y en la fidelidad. En la casa nos sentiremos confirmados en nuestra identidad de hijos y hermanos.