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Esto suscitó una fuerte discusión entre los judíos, los cuales se preguntaban:
-¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Jesús les dijo:
-Yo os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. El Padre, que me ha enviado, posee la vida, y yo vivo por él. Así también, el que me coma vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el pan que comieron vuestros antepasados. Ellos murieron; pero el que coma de este pan, vivirá para siempre.
Todo esto lo expuso Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaún.

Fecha: 
Viernes, Abril 20, 2018
Cita de la oración: 
Viernes - 03 Pascua
Comentario: 

El amor extremo escandaliza al que vive aferrado a la propia carne. «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Los judíos discutían entre sí. La oferta de Jesús será entendida sólo a partir de la entrega de su cuerpo y de su sangre en la cruz. Y sólo la entenderán aquellos que hayan sido atraídos por el Señor exaltado en la pasión.

Roto el velo del templo, sólo el cuerpo de Jesús es habitación y carne de Dios. El pan de la nueva pascua es su cuerpo y el vino de la fraternidad nueva es su sangre. Ambos son promesa y sacramento de vida y de resurrección.

La carne de Jesús es verdadera comida y su sangre verdadera bebida. Esto supone que en la Eucaristía hemos de comer de verdad y hemos de beber de verdad. ¿Qué significa comer y beber de verdad su carne y su sangre? Significa cohabitar con Jesús de forma entrañable como en un mismo cuerpo y en una misma vida. El que come y bebe «habita en mí y yo en Él..., vivirá por mí».

La Eucaristía nos hace vivir en y por Jesús así como Él vive en y por el Padre.

¡Qué entrañable misterio el que nos hace carne de Dios y cuerpo de Cristo! No existe comunidad verdadera que no haga de la Eucaristía su compromiso y referencia fundamental.

Ayúdanos, Señor, a comer y beber de verdad tu carne y tu sangre en la comunión de los hermanos y en la historia de los pobres.