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Yo os aseguro que el que acepta mi palabra, no morirá nunca.
Al oír esto, los judíos le dijeron:
-Ahora nos convencemos plenamente de que estás endemoniado. Tanto Abrahán como los profetas murieron, y ahora tú dices: El que acepta mi palabra no experimentará nunca la muerte. ¿Acaso eres tú más importante que nuestro padre Abrahán? Tanto él como los profetas murieron, ¿por quién te tienes?
Jesús respondió:
-Si yo comenzase ahora a defender mi honor, mi defensa carecería de valor. Pero el que vela por mi honor es mi Padre, el mismo del que vosotros decís: «Es nuestro Dios». En realidad no lo conocéis; yo, en cambio, lo conozco. Y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como vosotros. Pero yo lo conozco de veras y pongo en práctica sus palabras. Abrahán, vuestro padre, se alegró sólo con el pensamiento de que iba a ver mi día; lo vio y se llenó de gozo.
Entonces los judíos le dijeron:
-¿De modo que tú, que aún no tienes cincuenta años, has visto a Abrahán?
Jesús les respondió:
-Os aseguro que antes que Abrahán naciera, yo soy.
Ante esta afirmación, los judíos tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.

Fecha: 
Jueves, Abril 6, 2017
Cita de la oración: 
Jueves - 05 Cuaresma
Comentario: 

Me impresiona la claridad con que Jesús responde a sus enemigos: “Os aseguro que antes que naciera Abrahán existo yo”.

En la oposición con los judíos la comunidad de Juan establece con claridad su fe en el Verbo de Dios encarnado en Jesús. El Hijo amado del Padre es quien verdaderamente conoce al Padre y lo manifiesta en su verdadero rostro e identidad.

Conocer, amar y manifestar a Jesús es el objetivo central de nuestra vocación. Queremos ser instrumentos de su presencia para que con él podamos dar a conocer el rostro del Padre y su designio de salvación para todos.

Jesús es la palabra única de Dios. Seguirle guardando su palabra nos libra de la muerte para siempre. Todos murieron, pero quienes viven en Jesús no mueren. Vivir con Él y para Él es nuestra mayor gloria.

Ningún otro señor; ninguna otra palabra; ninguna vida al margen de la vida nueva que nace de la pascua. De esta pertenencia entrañable nace la alegría de los elegidos. Es el Padre quien glorifica a la comunidad. Existimos por la iniciativa y la fuerza de su Espíritu. Vivimos en el Señor.