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Por aquellos días, María se puso en camino y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltos en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces:
-Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar saltos de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Fecha: 
Jueves, Diciembre 21, 2017
Cita de la oración: 
Domingo - 04 Adviento
Comentario: 

María sube a la montaña de Judea a atender a su prima Isabel en su sexto mes de embarazo. Como María quien se entrega al servicio de la Palabra, se siente llamado a comunicarla a otros como experiencia de vida  que renueva nuestras entrañas. La palabra nos estimula a salir de nuestra intimidad para adentrarnos en la historia de los demás y ser portadores de una “movida interior”.

Quien lleva al Señor en sus entrañas se hace portador de su Espíritu y provoca en los demás experiencias de vida nueva. No nos cansemos de salir de nosotros mismos para ir a tierra extraña a encontrar a los jóvenes y a los pobres. Nuestra solidaridad y testimonio moverán sus corazones haciendo saltar en ellos lo mejor de sí mismos.