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¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados en vosotras, hace tiempo que, vestidas de saco y sentadas sobre ceniza, se habrían convertido. Por eso, será más tolerable el día del juicio para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿te elevarás hasta el cielo? ¡Hasta el abismo te hundirás!
Quien os escucha a vosotros, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.

Fecha: 
Viernes, Octubre 6, 2017
Cita de la oración: 
Viernes - 26 Tiempo ordinario
Comentario: 

«Quien a ustedes le escucha a mí me escucha. Quien a ustedes le rechaza a mí me rechaza». Ante la experiencia de fracaso, Jesús quiere recordar a sus discípulos que él está identificado con ellos. Si nuestro único interés es anunciar el evangelio de Jesús, nos basta saber que él camina a nuestro lado, que él se identifica con nosotros. Y quien rechaza o acepta a Jesús, rechaza o acepta al Padre. Una vez más Jesús nos ofrece la posibilidad de vivir la plena comunión, en lo favorable y en lo adverso.

No hay recompensa más grande, que saber que Jesús quiere correr la misma suerte que nosotros; que participar de la comunión y de la vida de Dios. Jesús, no sólo nos envía a la misión, sino que nos hace partícipes de su comunión. Y esa es nuestra verdadera dignidad. Más de lo que podíamos esperar o soñar. Por eso nuestra vida no depende de los logros alcanzados, sino de la comunión experimentada que es signo de salvación.

No estamos condenados al éxito, sino invitados a correr la misma suerte que Jesús, en su entrega y en su comunión con el Padre. Por eso, hoy también, por encima de todo, nuestra gran pasión es hacer la voluntad de Jesús, la voluntad de Dios. Hoy nuestra gran pasión es tener la vida al servicio de Reino y acoger la comunión, de la que participa el mismo Jesús y, hoy, a cada uno nos regala.