Loading...

En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido».
Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.

Fecha: 
Jueves, Octubre 19, 2017
Cita de la oración: 
Jueves - 28 Tiempo ordinario
Comentario: 

Para Jesús no es fácil la fidelidad al Padre y su proyecto de Reino de Dios. Esto le lleva a confrontar con los juristas y fariseos, aún sabiendo que esa confrontación, para él no sería ventajosa. Pero su sensibilidad por el pobre y su anhelo de manifestarnos la manera y proceder de Dios, provoca el conflicto con aquellos que provocan lo contrario.

También nosotros, en fidelidad a la vocación hemos de seguir entregando la vida siendo «cristianos entre los cristianos» y «cristianos vecinos entre los vecinos» como nuestro «modo» de ser Iglesia. Esto nos acerca a muchos jóvenes y carenciados y necesariamente nos lleva también a la confrontación y la réplica de quienes subyugan a los más pobres.

Esta confrontación y denuncia no podemos eludirla si es en nombre de Jesús, aunque como a él, nos suponga conflicto y desprestigio y sea una amenaza de perder el favor de los que en cada momento tienen las riendas de las decisiones y del poder.

Cuando en nuestra vida cristiana, estamos siempre a bien con todos y en todo momento, ¿no estaremos aguando el mensaje evangélico? Y cuando por fidelidad al proyecto de Dios en nuestras vidas, arriesgamos el prestigio, influencias, y denunciamos con nombre y apellidos las causas de las injusticias, aunque perdamos influencias y poder, ¿no estaremos corriendo la misma suerte que Jesús?