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He venido a prender fuego a la tierra; y ¡cómo desearía que ya estuviese ardiendo! Tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y estoy angustiado hasta que se cumpla. ¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra? Pues no, sino división. Porque de ahora en adelante estarán divididos los cinco miembros de una familia, tres contra dos, y dos contra tres. El padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera, y la nuera contra la suegra.

Fecha: 
Jueves, Octubre 26, 2017
Cita de la oración: 
Jueves - 29 Tiempo ordinario
Comentario: 

La Palabra de Jesús no cae indiferente. Provoca grandes entusiasmos o apasionada oposición a los oyentes. Después de un tiempo el escenario está pronto. Cada uno ha de situarse con respecto al mensaje de Jesús. Jesús no entra a discutir con nadie ideas, teorías o filosofías. Simplemente se presenta a cada persona, en el fondo de su corazón, y le hace esta oferta: aceptarle como camino que andar, como única verdad que nos guíe, como vida que nazca en cada uno como la suya.

Esto provoca división, entre los que aceptan el mensaje de Jesús y su Reino y los que se oponen a él. Y esta división atraviesa toda realidad humana, toda relación y toda estructura, incluso la relación familiar. Esta división traerá también el bautismo de fuego de Jesús, su propia pasión y cruz.

La paz que nos trae Jesús no es una paz hecha de comodidad y falta de conflicto, sino que el cristiano tiene que asumir todo conflicto que se deriva de la supremacía en su vida de la Palabra y el Espíritu de Jesús.

No busquemos a cualquier precio la tranquilidad y la paz. No rehuyamos el conflicto si este es debido a la fidelidad y a la coherencia con la vocación a la que somos llamados.