Loading...

Pedro le dijo entonces:
-Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús respondió:
-Os aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por la buena noticia, recibirá en el tiempo presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque junto con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna. Hay muchos primeros que serán últimos y muchos últimos que serán primeros.

Fecha: 
Martes, Febrero 28, 2017
Cita de la oración: 
Martes - 08 Tiempo ordinario
Comentario: 

«Y Pedro se puso a decirle: Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

La vocación, el seguimiento es un «buen negocio», cosa que no llegó a captar el joven rico. Seguir a Jesús supone dejarlo todo, es verdad. Pero cuando dejamos todo por Jesús y su Reino, paradójicamente Jesús nos devuelve el ciento por uno, tanto en casas, hermanos, hijos, tierras... Nada tiene el que sigue a Jesús y nada le falta para vivir una vida digna y una vida creciente hasta la plenitud.

¡Qué distinto es vivir la vocación desde lo que se deja! Cuando lo único que dejamos son posesiones. En nuestra vida de comunidad hemos de reconocer y agradecer permanentemente lo mucho que el Señor nos da. Y cuando recibimos todo como don de Dios, ya no es para poseerlo, sino para servir. Esa es la gran diferencia. La posesión nos hace ser el centro y todo gira en torno a nosotros. Vivir la vida, los bienes, los hermanos, la tarea..., como donación nos hace relativos y nos libera de las posesiones y de las cosas para vivirlas siempre en función de la vocación.

El ciento por uno que recibimos son las añadiduras que el Señor nos da cuando buscamos el Reino de Dios y su justicia y todo lo ponemos en función de él. Y recibimos mucho más de lo que podríamos imaginar. Y no siempre sabemos valorar y agradecer. ¿Cuántas veces achacamos a nuestro estilo de vida el no poder tener o hacer determinadas cosas? Y no valoramos realmente lo mucho que el Señor nos da cada día, que nos basta y nos sobra para vivir con dignidad, sentido, realización, afecto, sin tener que necesitar nada más...

Pero para que esto lo podamos experimentar con toda su densidad requiere que realmente lo vayamos dejando todo cada día y le sigamos...