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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis? Que no falte entre vosotros la sal, y vivid en paz unos con otros."

Fecha: 
Jueves, Febrero 23, 2017
Cita de la oración: 
Jueves - 07 Tiempo ordinario
Comentario: 

Nada que hagamos en nombre de Jesús, por pequeño que sea pasará desapercibido, no quedará sin fruto. Y vivir desde los criterios del evangelio será siempre para nosotros el criterio de verificación. Si en nuestra vida vamos descubriendo elementos que puedan escandalizar a los pobres (a los más pequeños), por legítimos que sean, es mejor prescindir de ellos que querer reivindicarlos como necesarios. Si en lo que hacemos (manos), por donde vamos (pies), lo que analizamos (ojo) o cómo vivimos puede llegar a ocultar la verdad del evangelio, de nuestras vidas, mejor es cortarlo de raíz.

No hay «derecho» personal o comunitario que merezca la pena reivindicar si con ello escandalizamos a los hermanos, a los jóvenes o pobres e incitamos a que cada uno vaya haciendo la suya, imposibilitando la fraternidad.

Es más importante ser instrumentos y cauces de fraternidad, aunque para ello tengamos que relativizar alguna de nuestras facultades, que largarnos por «lista propia» buscando la propia realización que a la larga no es más que la propia perdición.