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También sucede con el reino de los cielos lo que con una red que echan al mar y recoge toda clase de peces; una vez llena, los pescadores la sacan a la playa, se sientan, seleccionan los buenos en cestos, y tiran los malos.
Así será el fin del mundo. Saldrán los ángeles a separar a los malos de los buenos, y los echarán al horno de fuego; allí llorarán y les rechinarán los dientes.
Jesús preguntó a sus discípulos:
-¿Habéis entendido todo esto?
Ellos le contestaron:
-Sí.
Y Jesús les dijo:
-Todo maestro de la ley que se ha hecho discípulo del reino de los cielos, es como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas.
Cuando Jesús acabó de contar estas parábolas, se marchó de allí.

Fecha: 
Jueves, Agosto 3, 2017
Cita de la oración: 
Jueves - 17 Tiempo ordinario
Comentario: 

«El Reino se parece a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces». Para construir el Reino es necesario echar la red. Cada momento tiene su quehacer. Lo primero es echar la red. El mar para un pescador es el espacio del sustento pero es también la expresión del mal. Y echar la red al mar es querer sacar «del mal del mar» a todos.

En la convocatoria es importante tener esta actitud de acoger las distintas situaciones de los jóvenes con propuestas diferenciadas y flexibles. Ya llegará el momento del discernimiento para que puedan vivir el seguimiento aquellos que puedan realizarlo. Para ello es importante vivir también como el padre de familia que saca del arca lo nuevo y lo antiguo. En permanente creatividad estamos llamados a vivir la identidad de nuestra vocación y así transmitirla.