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Entonces Jesús, dirigiéndose a la gente y a sus discípulos, les dijo:
-En la cátedra de Moisés se han sentado los maestros de la ley y los fariseos. Obedecedles y haced lo que os digan, pero no imitéis su ejemplo, porque no hacen lo que dicen. Atan cargas pesadas e insoportables, y las ponen a las espaldas de los hombres; pero ellos no mueven ni un dedo para llevarlas. Todo lo hacen para que los vea la gente: ensanchan sus filacterias y alargan los flecos del manto; les gusta el primer puesto en los convites y los primeros asientos en las sinagogas; que los saluden por la calle y los llamen maestro. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Ni llaméis a nadie padre vuestro en la tierra; porque uno sólo es vuestro Padre: el del cielo. Ni os dejéis llamar preceptores, porque uno sólo es vuestro preceptor: el Mesías. El mayor de vosotros será el que sirva a los demás. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

Fecha: 
Martes, Febrero 27, 2018
Cita de la oración: 
Martes - 02 Cuaresma
Comentario: 

El Señor nos advierte que hemos de huir de las apariencias y de la palabrería. La hipocresía y la soberbia suelen ir juntas en la vida de aquellos que pretenden ser considerados como importantes y superiores a los demás.

En la comunidad todos somos simplemente hijos, hermanos y siervos. Como tales hemos de vivir manifestándolo con los hechos: la oración, la comunicación y el servicio. Fuera de esto nadie pretenda demostrar superioridad, ni adquirir privilegios.

Tenemos un solo Maestro, un solo Padre y un solo Señor. Entre nosotros toda autoridad es servicio y si en algo podemos rivalizar es en amar y servir como esclavos a nuestros hermanos y a los más pequeños y pobres. He aquí nuestra grandeza en el Señor.