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Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá las ovejas a un lado y los cabritos al otro. Entonces el rey dirá a los de un lado: «Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me alojasteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y fuisteis a verme ».

Entonces le responderán los justos: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te alojamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?».

Y el rey les responderá: «Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».

Después dirá a los del otro lado: «Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me alojasteis; estaba desnudo y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis».

Entonces responderán también éstos diciendo: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?».

Y él les responderá: «Os aseguro que cuando dejasteis de hacerlo con uno de estos pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo». E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Fecha: 
Lunes, Febrero 19, 2018
Cita de la oración: 
Lunes - 01 Cuaresma
Comentario: 

Los hambrientos, desnudos, encarcelados y enfermos son “los humildes hermanos de Jesús”.

Esto quiere decir que no puede existir verdadera fraternidad cristiana sin contar con ellos.

He aquí el criterio fundamental de discernimiento sobre nuestra comunidad: los humildes hermanos de Jesús han de ser los preferidos no sólo como destinatarios sino como hermanos que convierten la comunidad en ámbito y sujeto del Reino.

Ellos, desde su miseria asistida solidariamente, nos atraen la bendición del Padre.

La presencia de Jesús en sus humildes hermanos da a la comunidad y a la Eucaristía la plenitud de la significatividad cristiana.

Es preciso advertir que a este respecto las palabras transmiten sólo aquello que las obras manifiestan.