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Os digo que si no sois mejores que los maestros de la ley y los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a nuestros antepasados: No matarás; y el que mate será llevado a juicio. Pero yo os digo que todo el que se enfade con su hermano será llevado a juicio; el que lo llame estúpido será llevado a juicio ante el sanedrín, y el que lo llame impío será condenado al fuego eterno. Así pues, si en el momento de llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. Trata de ponerte a buenas con tu adversario mientras vas de camino con él; no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.

Fecha: 
Jueves, Junio 15, 2017
Cita de la oración: 
Viernes - 01 Cuaresma
Comentario: 

Por nuestra condición humana estamos expuestos a la erosión en las relaciones fraternas. La psicología de cada uno, el flujo de intereses inmediatos, los afectos cambiantes, los criterios diversos, y las pretensiones de todo tipo mediatizan nuestras relaciones. Caemos en el pecado de juzgar, clasificar y condicionar a los otros. Incluso podemos llegar a pecar de palabra y de corazón.

Jesús nos advierte que la reconciliación fraterna es tarea primordial entre los hermanos. El hermano es antes que el altar porque el hombre es el templo de Dios. La primera ofrenda que el Padre quiere es que te lleves bien con tu hermano. Cualquier otra ofrenda ha de esperar...

Advertimos que la reconciliación que nos pide Jesús no surge necesariamente de una ofensa previa. Basta, nos dice, que “tu hermano tenga quejas contra ti”. Por omisión podemos causar en los hermanos “quejas interiores” que no siempre se manifiestan como reclamos explícitos. El Señor nos dice: “si te acuerdas, si adviertes, si te das cuenta... de que tu hermano tiene quejas contra ti...”. Será preciso vivir atentos con solicitud a la vida de cada hermano y conciliar con ellos afectos e intereses desde la común vocación.