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Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que todo el que mira con malos deseos a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho es ocasión de pecado para ti, arráncatelo y arrójalo lejos de ti; te conviene más perder uno de tus miembros, que ser echado todo entero al fuego eterno. Y si tu mano derecha es ocasión de pecado para ti, córtatela y arrójala lejos de ti; te conviene más perder uno de tus miembros, que ser arrojado todo entero al fuego eterno.
También se dijo: El que se separe de su mujer, que le dé un acta de divorcio. Pero yo os digo que todo el que se separa de su mujer, salvo en caso de unión ilegítima, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una separada, comete adulterio.

Fecha: 
Viernes, Junio 16, 2017
Cita de la oración: 
Viernes - 10 Tiempo ordinario
Comentario: 

El adulterio surge del corazón y se sitúa en las intenciones. Cuando Jesús nos invita a tener un corazón limpio, transparente, nos está indicando que no sólo hay que guardar las formas, lo que hay que transformar es el propio corazón.

Es mejor vivir desde la limitación reconocida y aceptada que desde la hipocresía. No son las limitaciones, sino el engaño, la traición lo que escandaliza a la comunidad. Es decir, vivir una realidad y querer aparentar otra.

Si nuestra mirada sobre los otros, o nuestras acciones no están en consonancia con la vocación, mejor es vivir en la limitación, la humildad, el no saber y fiarnos de la acción de Dios que querer justificar lo que no tiene justificación. Mejor es vivir «tuerto» o «manco» desde el Señor que no con los dos ojos y con las dos manos, pero desde nosotros mismos.

Esta exigencia de Jesús, nos libera de la fácil condena al hermano, para adentrarnos en el propio interior y reconocernos juntos, pecadores necesitados de salvación.