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No juzguéis, para que Dios no os juzgue; porque Dios os juzgará del mismo modo que vosotros hayáis juzgado y os medirá con la medida con que hayáis medido a los demás. ¿Cómo es que ves la mota en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O ¿cómo dices a tu hermano: «Deja que te saque la mota del ojo», si tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la mota del ojo de tu hermano.

Fecha: 
Lunes, Junio 26, 2017
Cita de la oración: 
Lunes - 12 Tiempo ordinario
Comentario: 

Hay en nosotros como una tendencia casi natural a juzgar a los otros. Y lo que llamamos juicio es algo muy parecido a la condena. Juzgar al hermano es sinónimo de condenarlo, despreciarlo. Cuando se dan estas actitudes ante la limitación o el pecado del hermano es que no vemos al que está con nosotros como hermano. No los miramos como el Padre los mira. Nos situamos con la dureza del hermano mayor de la parábola de Lucas. La viga de la dureza, del despecho, del creernos superiores, del legalismo, de la insensibilidad, de la arrogancia. Y con esa viga si pretendemos sacar la mota del ojo del hermano, corremos el riesgo de dañarlo mucho más.

Muchos de los juicios y condenas que nos hacemos son más fruto de la ceguera que provoca la viga en nuestro ojo, que de la mirada misericordiosa con la que el Señor quiere que nos miremos.

Cuando la mota del ojo del hermano, provoca en nosotros juicio y no ternura y misericordia, es que estamos necesitados de sacarnos la propia viga.