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Imagínense ustedes un enorme ovillo de lana (en nuestro caso, lana de llama), liado a través de los siglos, donde sólo desde un cabo se han sacado lanitas, a costa de oprimir, anudar y enredar al cabo del ovillo más débil. Esa es Bolivia en estos siglos; los ricos y poderosos (casi siempre blancos) extrayendo los máximos beneficios (la máxima lana posible) a base de crear nudos, muchos de ellos imposibles de denudar.

Categoría: Con los pobres
Autor: 
Claudio Navarro