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Nª Sra de los Dolores

Y añadió:

-¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que se sientan en la plaza y, unos a otros, cantan esta copla: «Os hemos tocado la flauta y no habéis danzado; os hemos entonado lamentaciones y no habéis llorado». Porque vino Juan el Bautista, que no comía ni bebía, y dijisteis: «Está endemoniado». Viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: «Ahí tenéis a un comilón y a un borracho, amigo de los publicanos y pecadores». Pero la sabiduría ha quedado acreditada por todos los que son sabios.

La persona se vuelve a Dios para encontrar en Él la salvación, una salvación global y única; no como compensación humana se su fracaso, sino como necesidad trascendente de plenitud.

Comentario: 

Tener miedo a verse implicado en el plan de Dios. 

No es la “ascesis” de Juan o lo “festivo” de Jesús, que a lo festivo siempre es más fácil sumarse y más fácil criticar, lo que se desatiende o se rechaza, sino el proyecto de Dios que se encarna en la realidad. 

Esa es la sabiduría de los pequeños que elogia Jesús de Juan, que cuando no hay intereses personales, de este mundo, se sabe ver en cada momento por donde va el proyecto de Dios.