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Pero este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que todos vean que una fuerza tan extraordinaria procede de Dios y no de nosotros. Nos acosan por todas partes, pero no estamos abatidos; nos encontramos en apuros, pero no desesperados; somos perseguidos, pero no quedamos a merced del peligro; nos derriban, pero no llegan a rematarnos. Por todas partes vamos llevando en el cuerpo la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Porque nosotros, mientras vivimos, estamos siempre expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así que en nosotros actúa la muerte y en vosotros, en cambio, la vida.
Pero como tenemos aquel mismo espíritu de fe del que dice la Escritura: Creí y por eso hablé, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que el que ha resucitado a Jesús, el Señor, nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos dará un puesto junto a él en compañía de vosotros. Porque todo esto es para vuestro bien; para que la gracia, difundida abundantemente en muchos, haga crecer la acción de gracias para gloria de Dios.

Fecha: 
Lunes, Julio 25, 2016
Cita de la oración: 
Santiago, apóstol Fiesta
Comentario: 

El seguimiento a Jesús no está sometido a las exigencias de la propia realización personal y mucho menos a la vanagloria del poder. El Reino de Dios que Jesús nos oferta no admite competencias humanas, dignidades  o pretensiones personales.

La bienaventuranza que Jesús proclama es fruto del servicio humilde a los humildes.

Esta solidaridad es la pasión que nos ha de dominar en nuestras relaciones y servicios.

Santiago dará su vida por Jesús como el primer mártir de los doce. Juan será el discípulo del amor nuevo que aprenderá de María, su nueva Madre, a vivir la fidelidad sin condiciones.