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El ilustrador nacional Luis Henríquez, más conocido como Mico, pintó con cuatro vecinos y parroquianos (Noel -haitiano de la parroquia-, Yaco -una joven de Asamblea Autoconvocada-, Iván -parroquiano que dormía en la puerta del templo y ahora abre todos los días los baños parroquiales para las personas en situación de calle) y Luis (compañero del recién estrenado piso de Iván) el mural del galpón de entrada de la parroquia de san Saturnino el pasado 27 de mayo. Este galpon se construyó para dar comidas a los migrantes haitianos, y ahora es base de operaciones de reparto de alimentos y posible comedor social para los vecinos cuando termine la cuarentena. 

Cristo al centro con la llaga de su mano resucitada de la que brota el fuego y la paloma que representa el Espíritu Santo, que acompaña a su mano las manos del pueblo.

A la izquierda una escena de muerte. Estamos viviendo una época en la que estamos perdiendo a muchos seres queridos. Pero que este tiempo de muerte no nos lleve a la desesperanza, sino que hay consuelo de la comunidad y esperanza de una vida mejor. La mujer con la vela representa el dolor de quien acompaña a los que han perdido a un ser querido; pero también la comunidad acompaña el nacimiento de una nueva esperanza, simbolizada en una estrella, y en la que resalta una niña haitiana.

A la derecha del mural aparece la globalidad, sentirnos parte de un mundo sin fronteras, donde aparece también Haití y en el centro del mapa latinoamericano la cruz chacana de los pueblos andinos. Un solo continente, un solo mundo, una sola familia, que representa la familia universal. Y brotando de la tierra, una nueva flor, una nueva esperanza. 

Y arriba al centro un sol naranja que está saliendo, un nuevo amanecer, una tierra nueva que nace del dolor de la muerte.

Agradecemos a Mico, vecino del barrio Yungay y quien pintó el ataúd del padre Mariano Puga, su colaboración con nuestra parroquia. Y también a los cuatro pintores noveles.