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Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no hagáis frente al que os hace mal; al contrario, a quien te abofetea en la mejilla derecha, preséntale también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, dale también el manto; y al que te exija ir cargado mil pasos, ve con él dos mil. Da a quien te pida, y no vuelvas la espalda al que te pide prestado.

 

El movimiento de comunión favorecerá las relaciones comunitarias, la defensa de las grandes causas y la consolidación de una ética universal.

 

Comentario: 

Cuando leemos estas palabras de Jesús, lo primero que pensamos es que nos pide un imposible. ¿Existe alguien capaz de tener una actitud así frente a la persona que le ha hecho mal? ¿Cómo es posible dar respuestas de amor a quien te está haciendo sufrir? ¿Cómo puedo sonreír a quien me hace la vida imposible en el trabajo o sé que se está aprovechando de mí? Porque yo a lo mejor no actuaría como dice la Ley del Talión, devolviendo lo recibido en la misma medida. Quizá le demostrase más bien hostilidad y, seguramente, quisiera mantenerme alejada de esa persona deseándole todo el mal del mundo. Pero lo que no se me pasaría en absoluto por la cabeza es mostrar una actitud comprensiva o de acercamiento... Pues ahí viene Jesús a desmontarnos. 

Él sabía bien que lo que nos nace por dentro de forma natural ante circunstancias así son el odio y la venganza, pero eso no nos hace ser ni mejores cristianos ni, sobre todo, mejores personas. Jesús no quiere nuestro sacrificio extremo. Sería incoherente con su mensaje: no podemos cambiar nuestros sentimientos hacia quien nos hace mal, tampoco se trata de eso. Pero a lo que nos invita es a convertir nuestro corazón de piedra en uno diferente, que sepa superar los deseos internos de venganza o de odio y así no hacerle daño también a la otra persona. Una especie de contención que frene nuestros impulsos. Pero el plus de la invitación de Jesús a comportarnos al contrario de lo esperado es, incluso asumiendo la bajeza o la crueldad de quien hace mal, ser capaces de mostrar generosidad y exponernos. ¿Podré ser alguna vez capaz de hacerlo?