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“La realidad es más importante que la idea”(cfr. Evangelii Gaudium, 231-233). Esta es la primera frase con la que el documento de trabajo del Sínodo comienza este camino de RECONOCER… escuchar, acoger…

Una frase que remueve de algún modo nuestra pastoral así como, tal vez, nuestro momento como Movimiento, como Iglesia…

Creemos que, por iniciativa del Espíritu de Dios, ha nacido en nosotros una urgencia cristiana que nos impulsa a la acción. (Cd Adsis 1).

El Espíritu promueve sus “ideas” siempre con mediaciones concretas y en situaciones concretas y “reales” de hombres, mujeres y pueblos, en las situaciones concretas y reales de jóvenes como la joven María, el joven Jeremías…

Nuestras “ideas” y planes a veces sobrevuelan a años luz de la realidad cuando no están atravesados de esa iniciativa del Espíritu que queremos renovar y actualizar cada día, con jóvenes y pobres, en comunidad fraterna y solidaria.

Queremos callar, escuchar y ver la realidad de cada joven como el punto de partida para todos y cada uno de nuestros planes, una realidad sorprendente y cambiante, una realidad que tenemos que aprender a leer.

Tal vez la “urgencia” hoy nos ha de impulsar a una acción más gratuita de escuchar, entender, asomarnos a lo que el contexto y la historia nos comunica, desde la certeza de que es a través de esta historia desde la que Dios habla y el Espíritu alienta.

Una historia llena de incertidumbres, nuevos modelos, nuevos lenguajes… y las viejas relaciones de poder y descarte siempre presentes, quizá ahora, en el s.XXI, en una “nueva edición corregida y aumentada”.

Ante esta historia de hoy, hemos de poner en juego nuestras capacidades y disposiciones, (también “de hoy”, siendo muy conscientes de que todos y todas somos parte de esta misma historia) para poder identificar los mecanismos de luz y de sombra en los que estamos junto a tantos y tantas jóvenes; seamos valientes y asomémonos a ESTA historia con la audacia del Espíritu.