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(Peio Sánchez).- Nuevamente Pablo Moreno nos ofrece una buena película de cine religioso tras su “Un Dios prohibido”. En este caso la vida de San Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, pasa a la pantalla para reflejar tiempos revueltos donde ante la pobreza de un pueblo se presenta la educación, protagonizada por jóvenes mujeres creyentes, como la respuesta del Evangelio a una época.

La limitación de medios económicos queda contrastada con una realización cuidadosa en la composición de planos, con un fuerte compromiso de los actores en el proyecto (especialmente Raúl Escudero y Elena Furiase), una BSO destacable y un guion didáctico que presenta a grandes trazos la complejidad del momento histórica de la España de comienzos de siglo.

Pedro Poveda merece ser conocido y la película ayuda a acercarnos su figura. Narrada como la memoria de una vida ante los captores que le llevarán a la muerte en el año 36, partimos de su experiencia fundante en las cuevas de Guadix (Granada). Allí descubrimos al Poveda sacerdote que con un pie en la pequeña curia Guadix y su corazón en las lomas de los que están en los márgenes. El Evangelio le colocó en dinámica de salida y allí se encuentra con la vida de los pobres. Luminosas las secuencias andaluzas, destacables las siempre complejas actuaciones de los niños que dan frescura y gracejo, interesantes las resistencias en que en una sociedad caciquil se presentan a la oferta educativa y religiosa del joven cura andaluz. Allí sufrirán el rechazo tanto de los bienpensantes como de la propia curia. En este momento resuenan títulos como el “Don Bosco” (2004) de Ludovico Gasparini o Felipe Neri de “Prefiero el paraíso” (2010) de Giacomo Campiotti.

Con el traslado forzoso a Covadonga descubrimos a un Poveda que se vuelca en el estudio y la oración. Allí madura la intuición de que la respuesta pasa por la educación y la urgencia pasa por preparar maestros laicos dispuestos a abordar esta misión. La sorpresa le viene a san Pedro Poveda en que esta iniciativa es asumida únicamente por un grupo de jóvenes maestras que se entregan con ilusión a la formación en una Academia, un círculo donde se motivan y trabajan intelectualmente para poner en la práctica este empeño. Aquí descubrimos la complejidad de la situación educativa del momento con el acotamiento de la misión de las órdenes religiosas, las urgencias de la realidad sociedad analfabeta y las propuestas de la Institución Libre de Enseñanza.

Con la tercera parte asistimos a la constitución de la Institución Teresiana. Ya en Jaén las Academias se multiplican en distintas ciudades y emerge la figura de Josefa Segovia -estupenda la Furiase- como cofundadora del proyecto. Aquí la película pasa a ser más coral con un grupo jóvenes de actrices (Silvia García, Mercedes Espacia,…) que muestran a este grupo de mujeres que rompe moldes en la época uniendo formación, compromiso social y educativo junto a la fe cristiana.

El último capítulo nos lleva a Madrid convulso de los años de Primo de Rivera, Berenguer y la II República de la mano de Pedro de Poveda. Tiempo de turbulencias políticas, confrontación ideológica y brotes de violencia. Allí se van abriendo paso el grupo de educadoras cristianas pero su fundador va siendo consciente del abismo que avecina. El guion transita por camino de reconciliación como ya ocurría en “Un Dios prohibido” (en este caso con más discreción) y empresa símbolos elocuentes como ya vimos en “Encontrarás dragones” (2011) de Roland Joffé.
Interesante pues esta propuesta en la estela de las vida de santos que pasan a la pantalla grande. El director Pablo Moreno ha ganado en oficio y ahora le toca abrirse al reto de un cine no directamente religioso, cuenta con un buen grupo de actores entre lo que se ha ganado una merecida confianza y la sagacidad para hacer producir los medios en la dirección del buen cine.

Con la película, San Pedro Poveda pasa al santoral popular y se convierte en una figura puente entre la cultura y la fe, entre laicos y clérigos, entre hombres y mujeres de iglesia. Pedagogo y humanista al que conviene conocer a fondo.

 

 

Etiquetas: Cine espiritual