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Me invitaron a los encuentros de los Asociados y de Adsis Joven con ocasión de la Conferencia General. Tuve la oportunidad de dirigirles el retiro espiritual sobre la Interioridad. Fueron dos encuentros en los que pude experimentar la realidad del Movimiento amplio como una gracia extraordinaria que el Señor nos ha concedido a partir de aquella primera utopía de 1989 en la Asamblea de Eibar. La riqueza de estos encuentros se pone de manifiesto en la alegría e intensidad de su participación, especialmente cuando la diversidad de proveniencias acentúa el carácter internacional de sus participantes. Nos conocimos, nos vivimos en unidad. Comunicamos y rezamos juntos. Nos sentimos hermanos en una misma aventura por el Reino de Dios. Tanto en los Adsis Joven como en los Asociados pude admirar: Su profundo amor al Movimiento en sus comunidades. Su conciencia de identidad y pertenencia Adsis desde el seguimiento al Señor. Su deseo de participar más intensamente en la vida de omunidades, especialmente en la vivencia de la interioridad, la formación y los compromisos. Su conciencia y actividad por ofrecer a otros con protagonismo su proyecto de vida. Considero que después de veinte años la realidad supera la utopía primera. Todos debemos sentir que estos hermanos nuestros son parte integrante e imprescindible de nuestras comunidades. Debemos ofrecer a otros estas formas de ser y de vivir Adsis, como una llamada del Señor a seguirle para poder prolongar su presencia entre los jóvenes y los pobres. El Movimiento amplio es nuestra forma concreta de “ser pueblo de Dios” (Credo) con otros y para otros.

Autor: 
José Luis Pérez Álvarez