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Los setenta [y dos] volvieron llenos de alegría, diciendo:

-Señor hasta los demonios se nos someten en tu nombre.

Jesús les dijo:

-He visto a Satanás cayendo del cielo como un rayo. Os he dado poder para pisotear serpientes y escorpiones, y para dominar toda potencia enemiga, y nada os podrá dañar. Sin embargo, no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos más bien de que vuestros nombres estén escritos en el cielo.

En aquel momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo:

-Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y se las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; y quién es el Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Volviéndose después a los discípulos, les dijo en privado:

-Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis. Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

Comprender y asumir la vivencia del amor y la práctica de la oración son dos objetivos centrales para la comprensión del proyecto del Reino.

Comentario: 

También a ti hoy te dice esa bienaventuranza Jesús: feliz de ver lo que ves, lo que eres y tienes, porque tantos desearían ser y vivir lo que tú ya vives, en tu comunidad, tu familia, tu fe, tu vocación. Vivimos en la Gracia y a veces ni nos damos cuenta. 

Ser espiritual es darse cuenta…. Esa es nuestra primera tarea cada día al orar, en cada retiro o cursillo, darse cuenta y agradecerlo. 

Tu nombre está escrito en el cielo, te guardan plaza, ya la estas ocupando aquí y ahora. Has encontrado tu lugar, siguiendo a Jesús. Tienes el gran regalo de conocerlo personalmente y de haber sido enviado por El a liberar a los cautivos, de custodiar a las víctimas. Unas veces podrás contarle contento que has obtenido fruto y otras veces podrás lamentarte con El de los aparentes nulos resultados de tu compromiso y sobre todo de tu escasa utilidad a su Causa, de tu fragilidad e ineficacia. No parece que El te vaya a reprender, mas bien te reconforta, te resetea y te reenvía con su autoridad. Si tú quieres.

Alégrate hoy con Jesús, que se da cuenta El también, de cómo hace el Padre las cosas, a través de los pequeños, no de sabios y entendidos. Busca ser pequeño para serle cercano y útil a su Reinado