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Pero algunos de ellos dijeron: “Este echa a los demonios con el poder de Belzebú, jefe de los demonios”. Y otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Una nación dividida corre a la ruina, y los partidos opuestos caen uno tras otro. Si Satanás también está dividido, ¿podrá mantenerse su reino? ¿Cómo se les ocurre decir que yo echo a los demonios invocando a Belzebú? Si yo echo los demonios con la ayuda de Belzebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir. En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando el Fuerte, bien armado, guarda su casa, todas sus cosas están seguras; pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu malo sale del hombre, empieza a recorrer lugares áridos, buscando un sitio donde descansar. Como no lo encuentra, se dice: “Volveré a mi casa de donde tuve que salir.” Al llegar la encuentra bien barrida y todo en orden. Se va, entonces, y regresa con otros siete espíritus peores que él; entran y se quedan allí. De tal modo que la nueva condición de la persona es peor que la primera”.

Encarnación, Pascua y Pentecostés: he aquí los tres acontecimientos que hemos de vivir como actuación amorosa de Dios en nuestra vida personal y social. Vivir en el Espíritu la encarnación y Pascua de Jesús en la vida de cada día es vivir la fe.

Comentario: 

Yo no sé sí son demonios de traje y bandera los que nos llevan a la situación actual del planeta, o somos cada persona que como Satanás no cuidamos de nuestra madre tierra, así ¿“cómo va a subsistir su reino”? Lo que sí tengo claro es que serán nuestras hijas las “que serán vuestras juezas”, y no sé con qué cara los vamos a mirar a los ojos y les vamos a contar que permitimos tanta injusticia en cielo, tierra y mar.

En prensa se cuenta que los países llamados en desarrollo venden su basura a otros países, y estos países hacen lo que creen conveniente con esa basura, que puede ser tirarla al mar, por ejemplo. Pues parece que Jesús con este “espíritu inmundo” nos cuenta que es lo que puede ocurrir: cuando la basura sale del hombre y anda vagando por lugares áridos en busca de reposo; y al no encontrarlo dice: me volveré a mi casa de donde salí (…) al final de aquel hombre, viene a ser peor que el principio.

Jesús nos invita a una cuarta “R”, tras el reducir, rehusar, reciclar, que es recoger, recoger para no desparramar. Recoger a la herida Madre Tierra y a cuantos la habitamos y cuidarlas con amor y ternura.