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Tened ceñida la cintura, y las lámparas encendidas. Sed como los criados que están esperando a que su amo vuelva de la boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. Dichosos los criados a quienes el amo encuentre vigilantes cuando llegue. Os aseguro que se ceñirá, los hará sentarse a la mesa y se pondrá a servirlos. Si viene a media noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

El ejercicio de la fe, la esperanza y la caridad cristiana hace nacer y crecer en los jóvenes una experiencia interior que se va convirtiendo en un estado de pertenencia a Dios y en una actitud de apertura a su voluntad.

Comentario: 

Aquí Jesús nos recuerda la importancia de vivir despiertos, atentos y concentrados en lo importante. 

Con el delantal puesto, es decir dispuestos al trabajo por el reino y los candiles encendidos, para vivir desde la luz y no desde la oscuridad.

Vigilantes ante la injusticia y el sufrimiento, alerta a las realidades nuevas que nos van surgiendo.

Despertémonos, para sacudirnos la inercia, la apatía y las rutinas…. A veces, nos fallan las fuerzas, pero no podemos dejarnos abatir por el cansancio y la debilidad. 

La oración es nuestro candil encendido, la que nos ayuda a seguir en el camino, a no dormirnos y vivir embotados.

Vivamos con las puertas abiertas para el que viene, así El señor podrá entrar también y ensanchar el corazón y la vida de cada uno de nosotros.

Y, por último, descansemos en El Señor, tomemos fuerzas y alegrías para seguir en la tarea.