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Cuando se fue acercando, al ver la ciudad, lloró por ella, y dijo:

-¡Si en este día comprendieras tú también los caminos de la paz! Pero tus ojos siguen cerrados. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán con trincheras, te cercarán y te acosarán por todas partes; te pisotearán a ti y a tus hijos dentro de tus murallas. No dejarán piedra sobre piedra en tu recinto, por no haber reconocido el momento en que Dios ha venido a salvarte.

La comunidad ha de mostrar a los jóvenes que vivir como bienaventurados por el Reino supone asumir dos realidades complementarias y dialécticas: la experiencia de libertad interior y las tensiones propias de la lucha por la justicia.

Comentario: 

Esta lectura me invita a vivir el aquí y el ahora. En estos momentos en que el mundo está revuelto, la mirada hacia el mundo es de incertidumbre, tengo que creer en el aquí y ahora y buscar a Dios en ello. Miro a mi alrededor, mi familia, mis vecinos y vecinas, mi barrio, mis hermanos/as de comunidad, los proyectos, mis amigos y amigas…. Me pregunto si mis acciones cotidianas, rutinarias son de construcción de un mundo mejor… de transmitir valores que apacigüen o también soy producto de la bronca e incertidumbre que por lo visto es lo que se lleva… 

Le pido al Padre que centre mi mirada y mis acciones en la construcción de un entorno amable, y que desde la humildad intente ser ejemplo.

LA PAZ VERDADERA (Zaida C. de Ramón):

Paz, virtud divina, la que el mundo anhela

La que con sus fuerzas trata de obtenerla

Por más que te esmeres, por mas que lo intentes

Jamás de esa forma podrás poseerla.

La paz no es palabras, ni ausencia de guerra

La paz no se crea, tampoco se inventa.

Con todo el dinero que existe en la tierra,

Ni aun con tu vida, podrás obtenerla.

Paz que sobrepasa todo entendimiento

Aun para los sabios la paz es misterio.

No es con la razón, no es el intelecto

Jamás con tu mente podrás comprenderlo.

 

La paz la da Dios, regalo del cielo

Por gracia infinita que no merecemos

Para los humildes, para los honestos

Dádiva divina que no tiene precio.

 

Busca la justicia, cree al Verdadero

Entra en amistad con el Dios eterno

Solo hay un camino, único sendero,

Príncipe de paz, Jesús, el Cordero.

 

Nuevas de gran gozo te traemos hoy

Esa paz que anhelas; es la paz de Dios.

Es la paz que sacia, es la paz que llena

Recibe y disfruta.  La paz verdadera.