Les puso también este ejemplo:
–¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? El discípulo no es más que su maestro, pero el discípulo bien formado será como su maestro. ¿Cómo es que ves la mota en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? ¿Y cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la mota que tienes en el ojo», cuando no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien para sacar la mota del ojo de tu hermano.
La vocación cristiana ha de vivirse en permanente apertura a las nuevas instancias que brotan de la dialéctica Palabra-historia ya que la salvación se realiza en la historia. Solamente una comunidad en constante referencia a la historia podrá percibir en la misma las instancias vitales de los jóvenes y sus implicaciones. Sin esta sensibilidad y actitud es imposible ser comunidad que propone una Palabra que es solicitud de instancias nuevas y más profundas.
El capítulo 6 de Lucas se suele comparar con el capítulo 5 de Mateo. “Versión resumida” del sermón del monte de Mateo, que en Lucas curiosamente se desarrolla en un llano. Con estos versículos y los 5 siguientes termina “El Sermón del llano”. Tanto uno como otro, ambos sermones son considerados recopilaciones de dichos de Jesús puestos en escena en distintos lugares, monte o llano, ante una multitud de seguidores. Me inclino a ver en este pasaje del evangelio, una síntesis de la locura de la propuesta de Jesús, más que un resumen de los preceptos cristianos. “Vuelve el mundo del revés... “ no se trata de sustituir unas leyes por otras, de seguir dejándose guiar por aquello que sigue atado a la ceguera del que no quiere ver, sino de dar la vuelta al barco, como proponía aquel pirata cuya brújula le guiaba hacia los deseos profundos de su corazón.
