En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!”
Para el cristiano, el acontecimiento fundamental de su vida es un hombre. Un hombre concreto, histórico, en el que Dios nos comunica la verdad, el camino y la vida definitiva. Jesús es el don máximo. Evidentemente, para que Cristo sea el don máximo y el acontecimiento fundamental de la vida, es preciso que se realice progresivamente un proceso de conocimiento y adhesión personal a Él. Por eso la comunidad cristiana debe transmitir a los jóvenes ante todo su fe en Jesús como una experiencia liberadora personal y comunitaria
Hoy celebramos las Témporas de acción de gracias y de petición. Es una celebración vinculada a la madre Tierra, donde se agradece el fruto de las cosechas y se pone en manos de Dios el inicio del retorno a la actividad del curso recién comenzado. Esta celebración nos recuerda que vivimos en un mundo prestado. Se nos ha confiado para su cuidado. Para que podamos vivir y disfrutarlo de manera responsable, abiertas a las necesidades de todos los hombres y mujeres y garantizar la vida de las siguientes generaciones. Es también una celebración para urgirnos en justicia social y la dignidad del trabajo humano.
Es un día para pedir, buscar y llamar al corazón de Dios. Con confianza, sinceridad, constancia y humildad. Como madres y padres y si no como hijos o hijas hemos experimentado seguramente la gratuidad absoluta e incondicional. Cuando das porque sí. Porque te lo pide tu hijo. Sin cuestionarte nada. Porque llora de madrugada y acudes aunque estés cansado. Sin límites. ¿Por qué dudamos entonces de lo que ya nos ha dado nuestro Padre-Madre?
Parémonos hoy una vez más con agradecimiento ante el misterio de la Vida regalada, la Tierra confiada a nuestro cuidado y aprendamos de la confianza total de una niña pequeña en brazos de su madre.
