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El fin de semana del 11­ al 13 de marzo nos reunimos en Madrid un pequeño grupo de catorce jóvenes de varios movimientos como marianistas, escolapios, salesianos, la Salle, vedrunas, Adsis, JEC, archidiócesis de Toledo y diócesis de León que conformamos la Escuela, acompañados por Zoraida y Carles de la coordinadora. Este encuentro ha girado en torno a la preparación de la EPJ que se celebrará en septiembre y cuyo tema será el acompañamiento.

El viernes fuimos llegando escalonadamente a la casa de adsis en Peñagrande, nos presentamos y compartimos la cena charlando y conociéndonos un poco. Antes de irnos a dormir en la oración unimos con hilos unos pequeños folios con nuestros nombres simbolizando así el grupo que estábamos formando.

El sábado comenzamos con una pequeña oración para alimentar el espíritu y darnos fuerza para todo el día. Hicimos cuatro juegos de presentación en el que descubrimos cosas de los demás y que nos ayudaron a despertar. A continuación, Zoraida nos introdujo en el tema de la Escuela, el acompañamiento, el cual desgranamos esa mañana a través de un documento, alguna lectura, pero sobre todo a través de nuestras propias vivencias personales que compartimos en el grupo.

Por la tarde tuvimos la visita de varios miembros de la coordinadora que nos ayudaron a centrarnos en las diferentes actividades de la escuela, dividiendo el trabajo en grupos para sacar el mayor partido a todo lo propuesto para la escuela have a peek at this web-site. A última hora de la tarde Carles nos propuso una dinámica muy interesante que nos hizo profundizar más en el acompañamiento.

Nos dimos un respiro y salimos a cenar fuera, el paseo y la cena nos vinieron bien para despejarnos y para conocernos más personalmente.

La mañana del domingo la dedicamos a preparar una pequeña puesta en escena por parte de este equipo de jóvenes que se verá en la Escuela y de la que no podemos desvelar nada por el momento. En torno a las doce nos desplazamos a la parroquia de Nuestra Señora de Rosas donde compartimos la celebración de la Eucaristía con la gente de ese barrio. Al terminar, algunos tenían que emprender el viaje de regreso y otros nos quedamos para degustar unas ricas tortillas, eso sí después cada uno a su casa. Para mí estos tres días han sido una suma de compartir y abrir el corazón que nos ha hecho pasar de desconocidos a hermanos, con un gran proyecto como es formar parte del grupo de jóvenes que organiza, junto con la coordinadora ese gran encuentro llamado Escuela de Pastoral con Jóvenes.

Israel Morán

Fuente original: Escueladepastoral.org