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En esta ocasión os traigo una experiencia concreta, desde las redes sociales. Una experiencia que podría quedar como tantas otras en pura fachada, en superficialidad, pero que por cómo surge y el fin que pretenden, está empapada de una experiencia interior grande, experiencia de encuentro con Jesús, que inspira.

El movimiento Adsis, como muchos otros, como la iglesia, nos encontramos en pleno proceso de renovación. En ese proceso hablamos de estrellas, de horizontes hacia los que caminamos pero con los pies aquí y ahora. Y en ese proceso, lxs jóvenes nos enseñan sus caminos, sus propuestas, sus lenguajes. Como dice la Palabra «Derramaré mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, y vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños» (Hch 2,17; cf. Jl 3,1).

La juventud no solo ve visiones, no solo sueña, también camina hacia esos sueños. Y por eso, el pasado verano, de mano de algunas personas surgió la idea “Adsis inspira” como medio para estar en el día a día digital, como ellxs mismxs dicen, en concreto desde Instagram.

Las personas que lo crearon hablan de esta idea como idea revolucionaria, tal vez por su sencillez, y porque no busca un “éxito concreto” sino más bien estar y mostrarse en lo que son, Adsis en medio de este mundo.

 

Adsis inspira comparte lo que cada día jóvenes de diferentes países viven y rezan, en relación a sus comunidades, a su propia misión y opciones, y a este nuestro mundo al que aman y cuya historia construyen denunciando y anunciando.

Se les ocurrió a unxs pocxs, pero es para salir a otrxs, para compartir, para generar red, para contagiar e implicar.

Sin duda esa es la profecía hoy, como fueron los profetas antaño. Jóvenes tocadxs por Dios en sus entrañas, que ponen a ese toque de Dios cabeza y vida. Y así abren sus ojos a la realidad y son capaces de criticarla, para cambiarla; son capaces de amarla, para acogerla y seguir creyendo en ella. Y porque el Espíritu llena sus entrañas y toca su carne, ven visiones, y las ponen en marcha.

Dejemos que el impulso de estxs y tantxs jóvenes, inspire el corazón de la familia de Dios, de la fraternidad universal, que tanto necesita como dicen ellxs, “ser reivindicativos pero no sin más, sino desde lo que vivimos”.

Gracias.

Fuente: Ana Guerrero. Revista RPJ número 541