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Entró de nuevo en la sinagoga y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada. Lo estaban espiando para ver si lo curaba en sábado, y tener así un motivo para acusarlo. Jesús dijo entonces al hombre de la mano atrofiada:
-Levántate y ponte ahí en medio.
Y a ellos les preguntó:
-¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?
Ellos permanecieron callados.
Mirándolos con indignación y apenado por la dureza de su corazón, dijo al hombre:
-Extiende la mano.
El la extendió, y su mano quedó restablecida.
En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para planear el modo de acabar con él.

Fecha: 
Miércoles, Enero 20, 2016
Cita de la oración: 
Miércoles - 02 Tiempo ordinario
Comentario: 

El criterio fundamental es hacer el bien. Ante las parálisis que nos inmovilizan el Señor actúa. En Jesús ya no hay tiempos sagrados y tiempos profanos. En todo tiempo estamos llamados a hacer el bien, a actuar desde la voluntad de Dios. ¿Cuántas veces, ante nuestro descanso o en las vacaciones tendemos a vivir con otros criterios de actuación que no es el del evangelio? Cuando no es «el tiempo del compromiso» y se presenta la ocasión ¿cómo actuamos ante la parálisis de los hermanos? Una cosa es estar en plena actividad todo el tiempo y otra es estar presente en la situación de los hermanos, jóvenes y pobres y ser signo de la Presencia de Dios, cuando el otro la necesita y no cuando a mí me toca. ¿Pero nuestra sintonía con Jesús es tal que sabemos discernir y estar en esos momentos, o nos escandalizamos con los fariseos porque una vez más contraría nuestro interés, nuestras ganas, apetencias, costumbres o derechos?