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Jesús nació en Belén, un pueblo de Judea, en tiempo del rey Herodes. Por entonces unos sabios de oriente se presentaron en Jerusalén, preguntando:
-¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo.
Al oír esto, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Entonces convocó a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le respondieron:
-En Belén de Judea, pues así está escrito en el profeta:
Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres, ni mucho menos,
la menor entre las ciudades
principales de Judá;
porque de ti saldrá un jefe,
que será pastor de mi pueblo, Israel.
Entonces Herodes, llamando aparte a los sabios, hizo que le informaran con exactitud acerca del momento en que había aparecido la estrella, y los envió a Belén con este encargo:
-Id e informaos bien sobre ese niño; y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a adorarlo.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guió hasta que llegó y se paró encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra. Y advertidos en sueños de que no volvieran donde estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino.

Fecha: 
Monday, January 6, 2014
Cita de la oración: 
Epifanía Navidad
Comentario: 

La maravillosa historia de los magos es parábola sorprendente de nuestra vocación y de sus caminos. La primera aventura es salir al encuentro, dispuestos a abordar aventuras e incógnitas, siguiendo la convocatoria de su palabra que para nosotros la estrella refulgente del camino. Al caminar hacia el encuentro el corazón se abre a una expectativa creciente. Dejamos atrás realidades pasajeras y nos centramos en el camino fijando nuestros ojos en la estrella delSeñor.

Los caminantes necesitan la estrella que les guía en su itinerancia hacia el Señor. La estrella se detiene sobre la casa donde habita Jesús con sus padres. El camino y la casa son dos sacramentos de nuestra búsqueda. El amor célibe nos da agilidad y alas para el camino. El amor matrimonial da calor de encuentro a la casa y es sacramento del amor definitivo. Para nosotros toda epifanía ha de ser manifestación de amor.