XXV Domingo del Tiempo Ordinario
Se fueron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que nadie lo supiera, porque estaba dedicado a instruir a sus discípulos. Les decía:
–El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, le darán muerte y, después de morir, a los tres días, resucitará.
Ellos no entendían lo que quería decir, pero les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó:
–¿De qué discutíais por el camino?