Cuando iba a ponerse en camino se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
–Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
Jesús le contestó:
–¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.
Él replicó:
–Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.
Jesús lo miró fijamente con cariño y le dijo: